Los orbitales moleculares de enlace (σ, π) tienen menor energía y concentran la densidad electrónica entre los núcleos, lo que estabiliza la molécula. Los orbitales moleculares de antienlace (σ*, π*) tienen mayor energía y presentan un nodo (una región de densidad electrónica cero) entre los núcleos, lo que desestabiliza la molécula.